La primera piscina olímpica se construyó en Gran Bretaña a finales del siglo XVIII, y la primera organización que organizó competiciones en ella fue la Nacional Swimming Society, fundada en Londres en 1837. Actualmente, sus usos deportivos son muy variados, utilizándose en el campo de la natación, el waterpolo, la natación sincronizada o los saltos.
Según la Federación Internacional de Natación, una piscina olímpica debe medir 50 metros de largo y un mínimo de 21 metros de ancho, con una profundidad mayor de 2 metros. Además, este tipo de piscinas cuentan con 8 carriles de 2,5 metros de anchura cada uno.
La natación ya estuvo presente entre los deportes incluidos en lasprimeras olimpiadas oficiales, celebradas en Atenas en 1896. Sin embargo, debido al alto coste que suponía construir una piscina olímpica, la competición se realizó en mar abierto, teniendo como primer campeón olímpico al húngaro Alfréd Hajós.
Las especificaciones de la Federación Internacional de Natación para una piscina olímpica son las siguientes:1
Largo 50 m
Ancho 21 m (mínimo) 25 recomendado
Número de carriles 10 (normalmente se usan 8, las otras dos para impedir oleaje)
Ancho del carril 2,5 m
Temperatura del agua 25-28 °C (77-82.4 °F)
Intensidad de luz > 1500 lux
Profundidad 2,0 m mínimo
Volumen 2500 m³ o 2 500 000 litros (dependiendo de la profundidad)
Debe de haber dos espacios de 2,5 m a los costados de los carriles 1 y 8 (en efecto, dos carriles vacíos). La longitud de 50 metros (164 pies) debe estar entre los cojines de tacto, si se utilizan.1
No hay comentarios:
Publicar un comentario